Desde hace un tiempo, asistimos a una tendencia a psicologizar todo lo que ocurre en nuestra vida individual, familiar y social.
Hace ya tiempo que el mundo de la ficción encontró en la psicología y todos sus axiomas un universo para explotar: series de televisión, obras literarias, obras de teatro, películas, parodias, acercan el mundo psi a la población en general.
Hoy, y gracias también a las consultas en Internet, la gente conoce la existencia de un trastorno obsesivo compulsivo o una fobia y hasta opina sobre sus causas y posible tratamiento.
El público general está familiarizado con conceptos como ansiedad, acto fallido, complejo de Edipo, represión y tantos más. Al punto que hoy todo parece pasar por el filtro de la psicología: se apela a ella para explicar cada movimiento humano o, incluso, para pedir permiso antes de ese movimiento.
Este acercamiento tiene como aspecto positivo el conocimiento y la colectivización de aquellos aspectos vinculados a la mente humana, el inconsciente, la conducta y los diversos vericuetos del ser humano para adaptarse o apartarse del mundo circundante. Pero también, ha permitido salir al psicólogo de su ostracismo y de un mundo, en apariencia, solo comprensible para unos pocos. Me atrevería a decir que ha hecho perder el lugar de susto, de lo desconocido o de la locura que la figura del psicólogo entraña.
No obstante, esta psicologización presenta riesgos y requiere cierta precaución.
Partimos de la base de que la psicología no puede explicar, ni modificar por sí sola la dramática humana, por lo que, no es posible, ni adecuado psicologizar todo lo que acontece.
Es importante que como profesionales de la psicología, se tome cierta distancia de esta psicologización, para no caer en una banalización de la disciplina y en una cierta hipertrofia de recurrir a explicaciones psi para todo.
Sobre este tema el Licenciado Luis Leopold, se ha referido como "biblioteca de aeropuerto": algún que otro escrito, que dan la idea de que la piscología es algo sencillo, que todo el mundo puede opinar, de que estudiarla es fácil, que no conlleva investigación sistemática, ni fundamentaciones teóricas, que no requiere más que involucramientos personales.
Es parte de nuestra responsabilidad como profesionales de la psicología, saber tomar la distancia óptima y adecuada de esta psicologización, en pos de evitar la confusión y cierta peligrosidad.